- Cama a ras de suelo y sin barrotes: En esta reforma, nos inclinamos por una cama tipo cabaña o tipi de madera, en la que el pequeño puede subir y bajar libremente. Este tipo de diseños favorecen su imaginación y creatividad.

- Colores cálidos: El espacio debe transmitir tranquilidad y potenciar la imaginación de los más pequeños. Además, de ofrecer una atmósfera tranquila y acogedora. Por eso, la mejor opción son los colores cálidos o el blanco con toques de color. ¡Huye de los colores estridentes!
- Mobiliario adaptado: Es importante adecuar el entorno para que el niño o niña pueda desenvolverse de forma segura y autónoma. En la zona de juegos, ubicamos muebles y armarios a su altura, una zona separada de la zona descanso donde puede interactuar a través del espacio sin la intervención de un adulto.

- Suelo para la zona de juegos: Un suelo vinílico textil es una de las opciones ya que además de antideslizante, es antibacteriano y ofrece un tacto agradable para jugar encima. Un suelo de uso infantil permite la limpieza y asegura una correcta higiene.
- Orden y armonía: El método Montessori tiene muy en cuenta que los espacios sean ordenados, limpios y sencillos. El dormitorio tiene que tener los muebles imprescindibles y no estar cargado de juguetes, para permitir que el niño o niña tenga espacio para moverse e interactuar sin obstáculos.

- Espejo y una barra de apoyo: El espejo les ayudará a reconocer su cuerpo, su cara y sus emociones. La barra de apoyo dependerá de la edad y el desarrollo del pequeño, y servirá para mantener el equilibrio cuando empieza a dar sus primeros pasos.