- La reforma no debe ser un cambio traumático para el residente. A veces, los cambios graduales son más fáciles de aceptar.
- El proceso se debe plantear respetando las necesidades funcionales, de accesibilidad y sanitarias.
- Es importante valorar las prioridades, los espacios con mayores riegos son el baño y la cocina.
- El fin último es mejorar de forma sustancial la calidad de vida.
- Intervención en la distribución de la vivienda para ganar amplitud en el cuarto baño y en los accesos a las estancias colindantes (salón y cocina).
- Reubicación de los sanitarios para cumplir con la normativa de accesibilidad.
- Nuevo espacio a cota 0, más amplio, sin desniveles y antideslizante.
- Incorporación de elementos de accesibilidad: barras de apoyo de acero inoxidable y asiento plegable, favoreciendo así la autonomía del usuario.
- Suelo cerámico antideslizante que favorece la seguridad y la limpieza.
- Alicatado completo que nos da amplitud, seguridad y requiere escaso mantenimiento.